En la ermita de san Pelayo se dispone a hablar el tercero de los romeros. Se levanta muy despacio, como si le pesaran unos años que no tiene, o estuviera herido, o muy cansado… o las tres cosas.
Hazte con El Reino del Cuarto Jinete
Aviñón, septiembre de 1348.
Tras un lamentable malentendido, nuestros protagonistas acabaron en el calabozo, pero parece que los magistrados que tienen que juzgarles no están actualmente en la ciudad debido a una plaga de vapores pestíferos que asola las calles y envenena el aire. Muchos opinan que se trata de la ira de Dios, el fin del mundo predicho durante tanto tiempo en los púlpitos de las iglesias. Este castigo divino bien podría ser una oportunidad para aquellos que se propongan escapar. Aunque la verdad que les espera fuera podría resultar mucho peor que su encierro.
En El Reino del Cuarto Jinete los personajes deberán abrirse camino por una ciudad apestada y tratar de poner remedio a tan grave situación con la ayuda de un viejo loco y un hechizo prohibido y salvador. Aparte del mencionado hechizo y de un buen plantel de personajes dramáticos, estas páginas incluyen una nueva criatura y un apéndice sobre Villa Real en 1350.
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