El mundo de LexOccultum, el juego de rol de terror en la Europa del siglo XVIII

El mundo de LexOccultum, el juego de rol de terror en la Europa del siglo XVIII

LexOccultum, el juego de rol de terror, se desarrolla en un siglo XVIII ficticio en el que lo oculto y lo sobrenatural son reales, pero no en su pleno apogeo.

Este es el ocaso de los dioses.
Bienvenidos a LexOccultum.

El clero lucha desesperadamente por evitar que se revelen las verdades que podrían derribar la concepción cristiana del mundo. Según ellos, solo existe el paraíso, el infierno y el purgatorio. Si los muertos vivientes existiesen y la luna tuviese el poder de otorgar a algunas criaturas los rasgos y habilidades del lobo, su religión entera, junto con sus dogmas, se vería reemplazada por miedo, angustia y una búsqueda de respuestas lejos de la luz.

Durante varios cientos de años fue posible reprimir estas nociones negándolas por completo y recurriendo a la intimidación. La «verdad» se ocultó a los débiles a cualquier precio para que no se entrometieran ni adquiriesen conocimiento o poderes que no debían tener. Si los obtenían, todos estarían condenados.

Los miles de años de persecuciones, juicios a brujas, Inquisición y caza de herejes y apóstatas fueron el resultado de las decisiones de un pequeño grupo de personas que querían crear un mundo más duradero y luminoso en Su nombre. Dios había castigado a la humanidad con el diluvio, ¿qué le impedía volver a hacerlo? 

Después llegaron siglos de revolución y nuevas verdades. Lo antiguo había quedado enterrado en la memoria, escondido a ojos de todos salvo de aquellos que debían conocerlo. Fragmentos de verdades y conocimientos se derrumbaban bajo la rueda del tiempo.

Hasta que la gente empezó a interesarse por los archivos y a dudar de nuevo de los principios fundamentales. Se llamó la «Ilustración», pero para la Iglesia solo había una forma de describirlo: el fin de los tiempos. En los capítulos secretos de Enoch estaba escrito que Dios los castigaría con un segundo diluvio si se acercaban demasiado a las tinieblas. La misión de la Iglesia es detener esto a cualquier precio.

Con la Ilustración han llegado las preguntas, y demasiados fragmentos de verdad han atravesado sus redes. La Iglesia está desesperada, los científicos ansían más conocimiento y los ocultistas quieren dejar caer el velo que oculta la verdad a las masas mientras persiguen las artes oscuras para obtener más poder o sencillamente para refutar la tesis de que Dios es todopoderoso y probar así que nuestra voluntad es libre.

O para demostrar que Dios hace tiempo que ha abandonado la humanidad a su suerte.

Lo que ni la ciencia ni la Iglesia pueden «explicar», los historiadores, secretarios y sacerdotes se encargan de encubrirlo rápidamente para la posteridad. En realidad, nadie quiere admitir lo que ocurre a su alrededor. Se culpa a las personas extrañas, deformes, trastornadas o dolientes de los sucesos inexplicables que ocurren por toda Europa. Las órdenes y sociedades secretas se extienden como la pólvora por los bajos fondos europeos, a sabiendas (o eso creen) de lo que está ocurriendo verdaderamente. Las sociedades tienen sus propios planes para crear un nuevo orden mundial, los individuos se apropian de un poder que nunca se pensó para los seres humanos, los sacerdotes devuelven los demonios al infierno y, bajo la superficie, el mundo cambia.

No obstante, existe una minoría que sabe que los espíritus, demonios, ángeles, hombres lobo, vampiros y otras criaturas bíblicas y mitológicas no son un mero producto de la imaginación. Innumerables «profetas» recorren los mercados y las calles predicando la verdad sobre lo desconocido, todos ellos prometiendo el final del mundo y la destrucción del ser humano. Muchos de ellos creen que conocen la verdad, pero solo unos pocos saben lo que está pasando realmente. Esta minoría selecta ha denominado su conocimiento profético «LexOccultum», la ‘ley secreta’, empleando gramática latina incorrecta para burlarse de la ignorancia, y provocando aún más confusión entre los no iniciados.

En el límite entre la luz y la oscuridad, entre la vida y la locura, se reúnen aquellos que quieren guardar estos secretos. Sociedades y órdenes han jurado proteger conocimientos antiguos y artefactos olvidados mientras que sus miembros muchas veces ignoran lo que están protegiendo o por qué lo están protegiendo. Aun así, están al servicio de un maestro irreprochable cuyo más mínimo deseo podría empujarlos a cometer brutales asesinatos y a realizar falsas confesiones.

Existen sociedades de todo tipo. Algunas adoran al diablo, otras veneran el sexo, la vida o a Dios todopoderoso. La Iglesia considera heréticas y tenebrosas a la gran mayoría de ellas, ya sea oficial o extraoficialmente, y sus miembros intentan constantemente infiltrarse en ellas para reunir información y hacerse una idea de lo que realmente saben.

Los alquimistas, filósofos, científicos, matemáticos y otros buscadores de la verdad profundizan en antiguas enseñanzas, vigilados de cerca por quienes no quieren que desvelen ningún secreto. Algunos rasgan el velo del tiempo, pasan sus almas por la quilla para volver a despertar y ser testigos de descubrimientos que la humanidad nunca debió hallar. Pero en cuanto la Iglesia lo sepa, enviarán a sus ángeles de la muerte a limpiar y cubrir cualquier rastro que hayan dejado. Quienes experimentan con un tal conocimiento forman parte de las tinieblas. Para la Iglesia, son hombres y mujeres que suponen una amenaza para la humanidad. Su ansia por encontrar la vida eterna, por conseguir oro y filtros de amor traerá consigo el fin de los días.

Algunos se engañan a sí mismos diciéndose que, a veces, las cosas parecen ser lo que ellos creen que son, pero lo que ocurre es que se niegan a aceptar la verdad.

La mayoría de las personas tienen una concepción del mundo basada en la historia que les han enseñado, una historia que la Iglesia lleva escribiendo desde hace casi dos milenios. La perspectiva histórica que presentamos a continuación es la que compartía la mayoría de la sociedad en el siglo xviii. Esto no significa que sea la verdad; solo es una parte de una historia más complicada, demasiado peligrosa para ser contada.

Este fenómeno, que dificulta los estudios históricos, se suma a la dificultad de analizar las diferentes historias en diferentes países. A veces resulta imposible determinar qué sistema de calendario se utilizó para registrar los hechos. El cambio del calendario juliano al calendario gregoriano causó gran pánico entre astrólogos y ocultistas, que no estaban seguros de cuál usar en sus horóscopos. Hay quienes aventuran incluso que el cambio de calendario fue un intento deliberado de la Iglesia por combatir la astrología, a la que consideraba de origen demoniaco.

El 1 de enero de 1735 en el calendario gregoriano se corresponde con el 20 de diciembre de 1734 en el calendario juliano.

Y para complicar aún más las cosas, cada país implementó el cambio de forma diferente. Por ejemplo, Suecia adoptó el calendario gregoriano eliminando el 29 de febrero. Por desgracia, el calendario sueco estaba diez días atrasado en vez de los ocho que se habían calculado. Este problema se resolvió en 1712 volviendo al calendario juliano y añadiendo el 30 de febrero. No fue hasta 1753 cuando Suecia por fin adoptó el calendario gregoriano correctamente.

Los papas, sacerdotes y teólogos, pese a llevar desde la fundación de la Iglesia discutiendo sobre la interpretación de ciertos pasajes de la Biblia, están de acuerdo en que se trata del verdadero relato de la historia de la humanidad. La mayoría de las personas en el siglo xviii saben más sobre historia bíblica que sobre los sucesos políticos del siglo anterior. Tanto en la literatura como en las conversaciones mundanas se utilizan comparaciones y alegorías bíblicas: la mayoría conoce de memoria las historias de la Biblia y sus propios nombres suelen ser los de profetas y apóstoles. Para una persona del siglo xviii existe una línea ininterrumpida desde la Creación, como se describe en la Biblia, hasta el presente. El relato histórico de la Biblia es omnipresente.

A principios del siglo v d. C. san Agustín dividió el tiempo en las seis edades del mundo, un modelo que, aunque modificado, siguen usando los historiadores del siglo xviii. La séptima y última edad incluye el día del Juicio Final y los eventos que se narran en el libro del Apocalipsis.

LexOccultum se desarrolla en un siglo XVIII ficticio en el que lo oculto y lo sobrenatural son reales, pero no en su pleno apogeo.

Llévate a casa LexOccultum

Cargad los fusiles, encended la linterna y entrad en la cripta. Bienvenidos a LexOccultum, el juego de rol galardonado en Suecia como «Juego del año» bajo su anterior nombre, Götterdämmerung. Un juego de rol de ocultismo, misterios y sociedades secretas del siglo XVIII.

LexLibris contiene todas las reglas necesarias para el director de juego, incluyendo:

        Introducción

        Combate

        Salud y Horror

        Impresiones

        Vida en la naturaleza

        El mundo

        Sub Rosa

        Artes secretas

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11/04/2022 Nosolorol Ediciones https://www.nosolorol.com/img/nosolorol-ediciones-logo-14727449041.jpg https://www.nosolorol.com/
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