La caída libre Anarquista

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Diario de la Jyhad de Beckett es el libro definitivo de ambientación y trama para Vampiro: La Mascarada

Beckett regresa a Los Ángeles y encuentra una ciudad tan fracturada como familiar. Los Anarquistas han retomado el poder tras el fracaso de la Camarilla, pero bajo la apariencia de igualdad, se esconde un caos de bandas, Barones y viejas rencillas.

Diario de la Jyhad de Beckett

El Nuevo The Asylum, Santa Mónica, Estados Unidos

Los Ángeles sigue como lo recordaba: los Anarquistas están de vuelta en el poder tras el intento fallido de la Camarilla de instalar un Príncipe. Los autoproclamados «Estados Libres», que van desde la frontera con México a San Francisco y se extienden hacia el interior hasta San Diego, aún se presentan como un modelo de libertad e igualdad para los Vástagos de todo el mundo. Al haberlos visitado antes, puedo atestiguar que no son tan «libres» como les gustaría, ya que el siempre cambiante reparto de líderes Anarquistas ha despiezado los Estados Libres en pequeños territorios que gobiernan como Barones. Naturalmente, los Anarquistas mantienen que un Barón, a diferencia de un Príncipe, es elegido y apoyado por su gente, y pueden deponerlo si abusa de su poder.

Aunque, como suele decirse, del dicho al hecho hay un trecho. Llego en un momento interesante, ya que los Estados Anarquistas están de nuevo asediados por la Camarilla. La Camarilla, a su vez, está bajo ataque por parte de los Wan Kuei que se están introduciendo en San Francisco, donde aún aguanta el Príncipe Vannevar. Estoy ansioso por ver qué sale de esta volátil mezcla.

A continuación puedes encontrar un fragmento de la conversación entre Beckett y Ramona, Vástago natural de las calles de Los Ángeles que se marchó de la ciudad tras ser Abrazada y abandonada por su Sire. Al viajar a la Costa Este, se encontró de primera mano con la devastación causada por el Ojo de Hazimel. Volvió a Los Ángeles varios años después.

Beckett: Saludos, Neonata.

Ramona: ¿Quieres empezar de nuevo? Puedo ser joven, pero no soy una Neonata. No después de lo que he visto.

Beckett: Saludos, Vástago. Me disculpo por haberte ofendido tan rápido. Aunque, dado que sacas a relucir tu experiencia previa, quizás podamos hablar...

Ramona: No. Accedí a hablarte de los Estados Libres Anarquistas. De nada más.

Beckett: Pero tú realmente viste...

Ramona: (Gritando) ¡He dicho que no! ¡No quiero hablar de ello! ¡Ni ahora ni nunca!

Beckett: Muy bien. Si cambias de opinión, por favor, contacta conmigo.

Ramona: No lo haré. ¿Quieres hablar sobre los Estados Libres o no?

Beckett: Supongo que sí.

Ramona: Bien. ¿Por dónde empiezo...? Me mantengo en movimiento desde el ataque. Seguí a Xaviar, luego me fui por mi cuenta. Oí que la Camarilla designó a este tal Leigh para reemplazar a Xaviar, pero me sorprendería si siquiera la mitad de nosotros le sigue después de que la Cam nos dejase morir. Eso nos abrió los ojos, nos mostró lo que valen siglos de servicios a la Camarilla: nada. Algunos Gangrel se unieron al Sabbat, al ver cómo combatir a los Ancianos ascendió en nuestra lista de prioridades. Algunos de los primeros Cruzados de la Gehenna fueron Gangrel, no pudieron ni esperar a que botas estadounidenses tocaran el terreno antes de marcharse al este a cazar Ancianos. Aunque no todo el mundo tiene el estómago para esa clase de gore. Unos cuantos se fueron por su cuenta, creo que Xaviar lo hizo. Muchos de nosotros terminamos con los Anarquistas; es un punto medio feliz entre tomar tus propias decisiones y tener un grupo que te proteja. Yo fui de estos últimos. Encontré mi camino de vuelta a Los Ángeles, aunque no he decidido aún si me quedaré aquí.

Beckett: ¿Por qué?

Ramona: Entiendo el atractivo. De verdad que sí. Libertad e igualdad, sin Antiguos mangoneándote. Griteríos donde todos pueden decir lo que piensan. Me invitaron a uno en mi primera noche, me hizo sentir parte del grupo; que la gente me guardaba las espaldas y valoraba mi opinión. Pero no está funcionando. Tenemos bandas y Barones, y son poco más que aspirantes a Príncipes. No hay liderazgo central; todos siguen mirando a MacNeill, pero él no dará un paso al frente: él cree que no debería haber estructura central, así que NOSOTROS no tenemos una la queramos o no. ¿Qué tiene eso de diferente de la Cam? Aún son los Antiguos quienes establecen la ley.

Beckett: Ya veo. ¿Y nadie más está capacitado para el liderazgo?

Ramona: Nadie más tiene el poder. Rodríguez es popular, pero ha tomado la misma postura de mierda que MacNeill y perdimos a Hollis por sus estudios de la Biblia. García podría unir a los libres en algún momento, pero...

Beckett: ¿Pero?...

Si quieres conocer el destino de Ramona, las tensiones entre clanes, y otros secretos enterrados en la historia de los Vástagos, hazte con Diario de la Jyhad de Beckett. Una crónica imprescindible para quienes se atreven a mirar más allá del velo de la Mascarada.