El mundo de Do: Peregrinos del Templo Volador

Do: Peregrinos del Templo Volador es un juego narrativo cooperativo, para jóvenes entre 12 y 99 años que trata sobre ayudar a gente a librarse de sus problemas. Tú y tus amigos crearéis una historia sobre unos jóvenes viajeros, los peregrinos, y cómo visitan un mundo extraño en el que ayudan a la gente tan bien como son capaces. Protegeos mutuamente de los líos mientras salváis el mundo. Hoy te vamos a hablar de como es el mundo de los Peregrinos del Templo Volador.

La mayor parte del universo está compuesta de cielos tranquilos y pacíficos. Allá donde mires, verás nubes y, entre ellas, el parpadeo de pequeños planetas, tan lejanos, que se ven todos borrosos y azulados. El cielo es azul durante lo más brillante del día para después cambiar a un violeta oscuro. Las estrellas del firmamento nocturno son en realidad las hogueras y lámparas de mundos no tan lejanos.

No hay un “espacio exterior” tal y como lo conocemos, con su cruel vacío y sus peligrosos rayos cósmicos. En lugar de nebulosas brillando contra el fondo negro encontrarás nubes voluminosas, el hogar de ecosistemas bullentes llenos de pájaros, ballenas celestiales y espíritus del relámpago.

El universo tiene planetas. Son mundos pequeños en comparación con lo que acostumbramos, pero planetas al fin y al cabo. Cada uno de ellos es el hogar de alguien o algo. La mayoría de los mundos son versiones en miniatura de nuestra propia Tierra. En lugar de un bosque, un mundo podría tener unos pocos árboles. En lugar de una cordillera montañosa, podría tener una montaña que sobresale toscamente en el horizonte. Muchos mundos son tan pequeños que solo les caben unas pocas casas. Esto supone que cada mundo es una pequeña isla, una cultura autónoma con sus propias costumbres peculiares.



Animales que Pululan por los Mundos
El universo contiene muchas maravillas a ojos del zoólogo errante. Algunos animales y plantas no son muy diferentes de los que encontrarías fuera de tu ventana. Puede que sean un poco más pequeños, dado el pequeño mundo en que viven, pero un perro parece un perro.

Los animales capaces de volar o flotar llevan vidas cómodas a la deriva entre los mundos. La ausencia de gravedad les hace cosas curiosas a los animales en comparación con sus primos aficionados al suelo. Libres del peso, los animales crecen hasta ser muchas veces más grandes que un mundo de tamaño medio. Tus peregrinos podrían visitar una gran ciudad en la espalda de una tortuga o una tribu simbiótica que vive dentro de una medusa. Los animales podrían ser lo bastante grandes para tragarse un mundo entero sin darse cuenta.

El lugar en el que están más a gusto los pájaros, con diferencia, es en cielo abierto. Si una bandada de gaviotas se fatiga durante un largo vuelo, pueden dormir flotando a la deriva hasta recuperar las fuerzas.

Un gorrión pequeño puede posarse en una rama flotante. Sin nada más a su disposición que el propio aire, las especies de aves toman uno entre dos caminos divergentes. Si se quedan pequeños, se reúnen en enormes bandadas migratorias. Pero si prefieren no viajar con otros pájaros, crecen hasta el tamaño (y la forma esférica) de un planeta.

Sin una gravedad que se lleve sus desechos, las bandadas migratorias dejan grandes estelas de guano parecidas a carreteras que cruzan el aire. Hay industrias enteras basadas en estos restos.

Los buhoneros los recogen y los venden como ungüentos aguados para nobles que buscan la juventud. Qué asco. Debido a la ausencia de gravedad, las criaturas que encontrarías normalmente bajo el agua consideran que el cielo es un entorno de lo más cómodo -o sea, una vez que aprenden a respirar aire. Los viajeros pueden avistar ballenas que flotan ociosamente en manadas, tortugas poniendo huevos en macizos de musgo aéreo y letales rapes viviendo en las densas nubes. Una palabra de aviso: si llevas mucho tiempo volando sin haber visto tierra y de pronto encuentras un mundo brillante y azul, fíjate en si tiene tentáculos.

Las plantas merecen mención propia, una vez visto que la vida carente de raíces ha experimentado cambios dramáticos en su fisiología. Las plantas menos densas toman un aspecto parecido a medusas. Sus raíces se extienden a lo largo de kilómetros a partir de una gruesa mata de hojas parecidas a velas de navíos. Hay aldeanos viviendo entre estas raíces, atendiendo las enfermedades de su planta y asegurándose de que las raíces no se enredan entre sí.

En cuanto a los árboles, se convierten casi en planetas, divididos en dos hemisferios. Un hemisferio está orientado hacia el templo, absorbiendo su gran luz, mientras el otro hemisferio está hecho de raíces esponjosas que absorben la humedad del ambiente. Hay muchos animales que viven en estos mundos, algunos de ellos únicos en todo el universo.

Algunos de estos árboles liberan enormes semillas. Estas semillas acumulan una carcasa de escombros, rocas y otra materia a lo largo  del tiempo. Solo tras haber acumulado tierra  a su alrededor durante siglos, la semilla germina destruyendo su carcasa. Toda una sorpresa para cualquiera que no supiera que su mundo estaba a punto de echar brotes.

Sigue visitando nuestra web para saber más sobre Do: Peregrinos del Templo Volador y las gentes que habitan su singular universo.

06/03/2018 Nosolorol Ediciones https://www.nosolorol.com/img/nosolorol-ediciones-logo-14727449041.jpg https://www.nosolorol.com/
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