A través del país de Shabana marcharon algunos de aquellos elfos que, desencantados, abandonaron a los suyos en Zaselsan. Durante muchos años vagaron por sus agrestes parajes, hasta que levantaron la hermosa ciudad de Vindusan a orillas de un lago de aguas cristalinas, el único en estas tierras baldías. Los elfos que dejaron Zaselsan fueron conocidos como los Banjora («ingratos»), y ahora gobiernan sobre una metrópolis admirada y ambicionada por todos.
Sobre las aguas de la laguna se alzan, imponentes, las mastabas y templos solares donde el pueblo Banjora adora a sus amados dioses. En sus zocos, atestados de variopintas mercancías, comerciantes llegados de todo Voldor pujan por la atención de propios y extraños. Todo esto bajo el férreo control de las Cien Casas élficas y su adalid, el líder supremo Varcassian, que gobierna a duras penas la ciudad.
Y es que la ciudad de Vindusan se extiende mucho más allá de sus propias murallas: tal es su poder que podríamos llegar a considerar todos los baldíos de Shabana como sus dominios. Es una metrópolis donde pueden tener lugar incontables aventuras y campañas, desde personajes recién creados que luchen por hacerse un nombre entre sus callejuelas hasta los héroes más épicos que defiendan la ciudad de sus terribles enemigos bajo el atento escrutinio de las Cien Casas. Es también un buen lugar adonde los aventureros de otras regiones pueden acudir en busca de riquezas y oportunidades de aventura o incluso con intenciones más concretas, pues algunos tesoros solo pueden encontrarse en los mercados de Vindusan.
Este libro también es una gran herramienta para dar mayor profundidad a nuevos personajes procedentes de Vindusan, no solo por los nuevos trasfondos y arquetipos o las razas alternativas, sino también porque, en manos de los jugadores, este libro permite detallar la vida de su personaje en la ciudad, aquellos con quien ha podido convivir hasta ahora, la profesión que ha podido desempeñar o hasta las razones para marcharse en busca de aventuras. No son pocos aquellos que abandonan la vida en la urbe en busca de un porvenir; supervivientes natos capaces de manejarse en los más oscuros concilios de ladrones de otras metrópolis o de prosperar en los entornos más duros del continente.
Es Vindusan una tierra donde conviven en paz decenas de pueblos y culturas, donde la ley y el orden luchan constantemente contra el caos del desierto, donde cualquier dios, por minoritario que sea, encuentra su culto y donde la sal, el bien más preciado de Voldor, domina todo lo demás.
Vindusan sigue siendo la principal potencia militar y económica de Shabana, no solo por la riqueza generada por la sal, sino por el poderío de sus huestes, acostumbradas a combatir en el desierto, y la gran capacidad diplomática de las grandes casas. Dentro de sus murallas, en cambio, una crisis política se está gestando, pues el actual líder supremo es débil e inexperto, siendo incapaz de gestionar las crecientes tensiones entre los Banjora urbanitas y aquellos que moran en el desierto.
Así mismo, los augurios e informes de los exploradores alertan de que una nueva guerra amenaza con destruir la paz de Shabana, sembrando dudas sobre si Varcassian será capaz de estar a altura del cargo.
