Cazador: La Venganza es un Juego Narrativo de medidas desesperadas frente a una amenaza oculta.
Las criaturas de la noche están en todas partes. Y la mayoría del mundo no sabe de ellas, o se niega a reconocer su presencia.
Son el atractivo camarero con quien crees tener una oportunidad, el repelente taxista en cuyo taxi creíste tener un vahído momentáneo, el estoico miembro de la junta directiva cuyos activos abarcan continentes y siglos.
Son el carismático extremista que organiza una protesta frente a la comisaría, el saboteador que corta verjas en la zona desmilitarizada y la leyenda regional que se lleva a los niños bajo el manto de la oscuridad.
Son el ludópata que nunca pierde una mano o el siniestro hechicero que hace que una embarazada tenga un aborto. Son la aparición en la ventana, la fuerza tras los rumores de una casa embrujada en el límite de la ciudad, los pasos incorpóreos en el ático tras medianoche. Son la cosa con cuernos que se mueve en las sombras de los árboles, emborronada en el rabillo del ojo, como un sueño a medio recordar.
Están en todas partes en este mundo, nuestro mundo, este Mundo de Tinieblas, y depredan a quienes son más vulnerables para ellos: los inocentes, los incorruptos, los humanos y los compasivos.
Lo sobrenatural existe y está junto a una inconsciente humanidad. Los monstruos son reales: monstruos literales y genuinos, desde vampiros que beben sangre a hombres lobo en frenesí, pasando por fantasmas, brujos e incluso cosas más extrañas. Y estos monstruos literales y genuinos se ocultan en las estructuras y comunidades de la sociedad humana, lo que quiere decir que acechan en cualquier parte desde el piso de al lado a la mansión del gobernador, pasando por el matadero abandonado junto a la autopista fuera de la ciudad. Su influencia es sutil y generalizada: la propia gobernadora no es un vampiro, pero depende de las donaciones a su campaña por parte de una compañía fantasma de un vampiro. La policía sabe de la anciana que no para de soltar maldiciones bajo el puente de la estación de metro, pero cada vez que se presentan allí ella les saluda al pasar y ellos la ignoran. El matadero lleva «embrujado» desde antes de lo que nadie recuerda.
La influencia de lo sobrenatural es sutil cuando no está actuando de forma claramente destructiva… pero los Cazadores astutos siempre pueden rastrearla hasta su fuente. Se ha infiltrado en cada nivel de la sociedad.
Cada comunidad puede ser su presa. Y en un mundo moralmente comprometido, donde la habilidad de obtener beneficios y consolidar el poder tiene preferencia sobre la protección de los vulnerables, los Cazadores tienen un papel que los líderes de la comunidad o las autoridades cívicas dispuestos a hacer la vista gorda no tendrán. Ése es el papel del Cazador, no sólo contarle la verdad al poder, sino proteger a los que de otra forma quedarían desatendidos e ignorados.
Desde la perspectiva del Cazador, si el mundo puede ser encauzado de camino a la Venganza, la Caza debe empezar en alguna parte, y lo sobrenatural es la amenaza más inmediata y antitética.
- Cultos vampíricos trafican con víctimas a través de fronteras con impunidad e influyen sobre las emociones de sus víctimas y las convencen de que disfrutan siendo esclavos de los vampiros.
- Los hombres lobo embisten contra las estructuras que han elevado a la humanidad de la pobreza del pasado, dedicándose a un rabioso primitivismo apoyado con garras y colmillos.
- Hechiceros y brujos pliegan la realidad a su voluntad, con poca consideración a cómo otros se verán afectados.
- Los fantasmas se manifiestan más allá del velo de la muerte para embrujar el mundo que han abandonado y poseer a los vivos.
- Cosas incluso más extrañas se mueven por los rincones del mundo que hemos olvidado temer específicamente, desde «buena gente» ultramundana a cosas de reinos del pensamiento ininteligibles para los humanos.
Comienza la Caza.
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