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A partir del siglo XVI, las mujeres han desempeñado un papel importante en la historia de la imprenta, aunque su contribución ha sido a menudo pasada por alto por falta de documentación.Tras la muerte de sus maridos o familiares cercanos, muchas asumieron la dirección de los negocios familiares. Desempeñaban una gran variedad de roles en la imprenta, desde la composición de tipos, la elaboración de la tinta, la impresión, la corrección de los textos, la encuadernación hasta la gestión integral del negocio.
A pesar de sus contribuciones significativas, estas valientes mujeres enfrentaron muchos desafíos en la industria de la imprenta. A menudo se les negaba el acceso a la educación y la formación, y se les pagaba menos que a sus homólogos masculinos, pero siguieron ejerciendo su ocupación, rompiendo las normas de la época y abriendo camino a todas las que llegarían después.
No conocemos con precisión cuántas mujeres trabajaron en la imprenta ni cuál era exactamente su papel; por ejemplo, la única mujer impresora de la que se tienen noticias en el período incunable hispano es Francisca López, pero no por sus impresiones o como "viuda de", sino a través de unos documentos por los que se sabe que Francisca conservó los punzones de su marido, ya que conocía la importancia que tenían para este negocio y lo difíciles que eran de conseguir. Otros nombres, esta vez que han perdurado en la historia de la impresión y sí se documentaron dentro de ese ámbito son: Isabel de Basilea, hija, esposa y madre de impresores, lideró uno de los talleres más importantes de Burgos en el siglo XVI. Jerónima Galés dirigió su imprenta con excelencia y hasta publicó un soneto defendiendo su papel en el oficio. Juana Millán fue la primera mujer en España en figurar con su nombre en un libro impreso. Fue en 1537, y su taller dejó huella en Zaragoza. Francisca de Aculodi está documentada como la primera mujer periodista de España. En 1689 publicó “Noticias extraordinarias del Norte”. Son muchas más que, confiamos, se irán descubriendo conforme avances las investigaciones sobre ellas.
A lo largo de los siglos, las mujeres impresoras lograron plasmar en tinta conocimientos fundamentales para su época, desde textos religiosos hasta avances científicos y reflexiones sobre la sociedad en la que vivían. Hoy, esa misma vocación por la difusión del saber sigue viva en la industria editorial, donde muchas profesionales continúan dejando su huella en la impresión y publicación de obras que inspiran, educan y entretienen. El legado de aquellas pioneras sigue presente en cada libro que llega a nuestras manos, gracias al trabajo de autoras, ilustradoras, correctoras y maquetadoras que, como ellas, desafían los límites y enriquecen nuestro panorama cultural.
En Nosolorol llevamos más de quince años editando y publicando juegos de rol; si bien la tecnología ha cambiado drásticamente en estos siglos, nuestra labor, al igual que la de Francisca López y sus colegas, es imprimir libros y, a través de ellos, expandir la mente de quien los lee. Porque leer rol trasciende el ejercicio de ser una forma de entretenimiento, también permite desarrollar pensamiento crítico, mejorar la creatividad y fortalecer las habilidades sociales.
A lo largo de estos años hemos colaborado con muchas profesionales de diferentes áreas del proceso de impresión pero un denominador común entre ellas es que, sin importar su labor, todas han dejado su huella en estos trabajos.
Desde autoras como Reah en Amor de Otro Mundo, la creadora de rol más relevante en la actualidad, Estefanía Figal en La Liga de los Caballeros (Y damas) Extravagantes, Patricia de Blas, autora e ilustradora de Pequeños Detectives de Monstruos, Asombrosos Detectives de Monstruos y Los Buscaduendes, Andrea Iglesias y Paula Torres en Steven Universe: Juego de Rol, Inma Guzmán en Plenilunio: Tokio 2038, Ainize Eguiarte en 2084, Edanna Real en Magissa hasta Pilar M. Espinosa en Fragmentos.
La ilustración (y maquetación en algunos casos) también ha quedado impregnada de grandes lápices femeninos: Rocío Peirano, ilustradora, maquetadora y coordinadora de todo el arte de Amor de Otro Mundo junto a las magníficas ilustradoras Sori, Merme Veroww y Mimi, María Corredera en Aquelarre, Cecilia Jos en Hora de Aventuras: El Juego de Rol, Angye Fernández en Mahō Shōjo, Esther Sanz en El Resurgir del Dragón, Alba Porta y Virginia Berrocal en Magissa.
Para que las obras lleguen a nuestro idioma, la traducción es fundamental, sin ellas no tendríamos la oportunidad de disfrutar de grandes títulos en español. Nombres como Lis Díez Bourgoin en Fading Suns, Andrea Iglesias en Magia Insondable, Loreto González en Las Ávidas Espadachinas Sáficas, Aixa Algaba Maye en Paranoia y Belén Andrea Almeyda en Tales of the Valiant
Los textos necesitan corrección, ahí tenemos a maravillosas profesionales como Alejandra “Argéntea” González en Mundo de Tinieblas, Meritxell Martín Guillén en Amor de Otro Mundo, Andrea Alvarado en CBR+PNK, Alazne Moya en La Ira del Guardián y Ana Belén Herrera de la Cruz en Gatitos Mágicos ¡Al rescate!
Nos dejamos muchos nombres fuera: profesionales de la escritura, ilustración, maquetación, traducción, corrección, marketing, ventas y distribución con quienes hemos trabajado y seguimos trabajando. Pero, a diferencia de nuestras predecesoras, siempre las encontrarás acreditadas en todas las obras que publicamos. Y seguiremos colaborando con muchas más en el futuro. Porque sin nosotras, no hay futuro.
La historia de las primeras mujeres impresoras es una constante de perseverancia, innovación y éxito y confiamos en que su experiencia nos inspire para seguir conquistando terrenos que nos han vedado a lo largo de los años. Porque sin ellas, no habríamos llegado hasta aquí. Y gracias a nosotras, el futuro de la impresión y de los juegos de rol seguirá escribiéndose.
Así como las mujeres impresoras del pasado desafiaron las normas para hacer llegar a todos los rincones de España libros con conocimientos de diversa índole , hoy, en nuestro modesta aportación con los juegos de rol, su legado sigue vivo. Cada manual de juego, cada aventura y cada suplemento que llega a nuestras manos es el resultado de autoras, ilustradoras, maquetadoras, traductoras, correctoras,comerciales, distribuidoras y gestoras que, al igual que sus predecesoras, trabajan para dar forma a historias que inspiran e invitan a jugar. Sin ellas, el universo del rol no tendría la riqueza ni la diversidad que conocemos hoy.
Mientras esperamos escribir los nombres del futuro, volvemos la vista atrás y subrayamos, para que nunca más se pierdan, algunos nombres del pasado: Francisca López, Francisca Gutiérrez, María Rodríguez Rivalde, María Ruiz, Ana de la Peña, Isabel de Basilea, Jerónima Galés, Brígida Maldonado, Juana Millán, María Solórzano, Francisca de Aculodi, María Quiñones, Ana Carasa, María Fernández, María Ramírez, Catalina del Barrio y Angulo, Francisca de Medina, María Quiñones, Mariana Valle, Margarita Oliver, Inés de Lojedo, Mariana Pereda y tantas otras que se dedicaron en cuerpo y alma a esta profesión y que, en algunos casos, no podremos conocer sus proezas. Muchas gracias a todas.