Los Pooka son como el bufón de la corte, riéndose de las figuras de autoridad y derribando los muros y fachadas que todos levantamos para separarnos unos de otros. Cada Pooka tiene un vínculo íntimo con un animal concreto y este tipo de parentesco lo expresa tanto físicamente como a través de su personalidad.
En los primeros cuentos, los Pooka eran un espíritu despreocupado que disfrutaba gastando jugarretas y molestando a los mortales. El dogma cristiano los convirtió luego en un sirviente del Diablo, un vago bueno para nada, mentiroso y traicionero, que a veces conducía a los distraídos y quienes tenían pocas luces a la muerte. Los humanos siempre han soñado con una vida mejor y con menos preocupaciones. Envidiaban a los animales que podían pasarse el día aparentemente ociosos, durmiendo al sol, picoteando cuando lo deseaban y brincando y jugueteando por el campo y entre los árboles sin ninguna preocupación en el mundo.
Los Pooka hacen todo lo que pueden para llevar magia y alegría a los corazones de mortales y changelings por igual. Hacen lo que pueden para dispersar la tristeza allí donde la encuentran, normalmente mediante bromas y tonterías.
Pero, a pesar de sus payasadas, los Pooka suelen ver el mundo con mayor claridad que los demás y albergan una profunda melancolía de la que encuentran difícil deshacerse. Los Pooka temen la Banalidad y lo mundano incluso más que otros changelings. Son muy conscientes del dolor y el sufrimiento que los rodea y no quieren más que hacer que desaparezca. Sus bromas y excentricidad son su forma de lidiar con ello, así que para ellos no hay ninguna broma demasiado rastrera, ningún chiste demasiado crudo, siempre que consiga una sonrisa. Allá donde van llevan risas y alboroto.
Sin embargo, todo lo que dice un Pooka está probablemente salpicado de mentiras, medias verdades y desinformación. Su incapacidad para decir la verdad es bien conocida por todos los Kithain. Es su principal arma para combatir la Banalidad. La verdad, después de todo, no es muy emocionante o alegre, por eso los Pooka mienten. No buscan hacer daño, sencillamente no pueden evitarlo.
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Las puertas de Arcadia, el paraíso original, están cerradas. Sólo permanece el mundo de la humanidad. Sin ningún conocimiento de nuestra verdadera naturaleza, el hombre nos aplasta bajo su banal bota. La alegría y la risa han desaparecido; sólo el Ensueño permanece. Somos changelings, los olvidados, ni completamente hadas ni totalmente mortales. Los últimos de nuestra especie en la Tierra. Hemos construido por nosotros mismos un reino invisible. Estamos en todas partes y aun así no puedes vernos. Nos escondemos a plena vista con el poder de nuestro Glamour. Existimos en un mundo real de fantasía en el que las cosas “imaginarias” pueden matar y los monstruos “fingidos” son reales.
Los Kithain son herederos del secreto reino terrenal de las hadas. Y aun así, son sólo en parte hadas; se ven forzados a adoptar disfraces mortales para sobrevivir a la falta de fe en la magia. Las hadas deben luchar para impedir la llegada del Invierno y traer una Primavera eterna para evitar que la Banalidad lo consuma todo y el Ensueño se pierda.
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